El pasado mes de julio me casé. Organizar una boda requiere siempre de tiempo y de bastante dinero, pero cuando además esa boda es la tuya, se vuelve un verdadero follón donde lo más difícil es tener contento a todo el mundo. Para mi lo peor fue conseguir que los invitados fueran confirmando su asistencia y sentar los en las mesas... Pero aunque a veces se compliquen las cosas, la verdad es que organizar tu boda se hace con muchísima ilusión y con mucho cariño.
Una de las cosas que quería conseguir era que el regalo de los invitados fuera original, práctico y elegante, y no se qué pensarán los invitados, pero creo que quedó bastante chulo. Desde el principio quería regalar JABONES ARTESANALES, pero comprarlos se me salía de presupuesto. Así qué me propuse aprender a hacerlos.
Mi madre me decía que no me daría tiempo, ya que me casaba a finales de julio y yo me puse en abril. La mayoría de la gente pensará que hay tiempo suficiente para hacer jabones, pero los jabones tenían que estar listos el 20 de junio como muy tarde, ya que los jabones tienen que estar curándose al menos un mes... Primero tenía que hacer pruebas, ya que quería que salieran bien.
Los primero jabones que hice son los de la foto, están hechos solamente con aceite de oliva virgen.
A los más oscuros les puse aceite de romero y romero triturado, a los más amarillos aceite de almendras dulces y cúrcuma y al de forma de corazón le puse aceite de rosa de mosqueta y pétalos de
rosa, todo esto se pone en la traza, es decir, cuando ya se ha mezclado la Sosa con el aceite de oliva y tiene una consistencia parecida a las natillas. Luego se pone en moldes ( yo use moldes individuales de silicona) y para los de arriba un tupiere are de plástico. No se puede usar metal nunca porque la Sosa reacciona con el metal. Este jabón es muy bueno para pieles sensibles, pero tiene poca espuma...
Después de estos jabones, seguí indagando y hice muchos más. Y por fin salieron los jabones de mi boda, que os pondré en próximas entradas
